martes, mayo 31, 2011

Depender

Si no puedes encontrarte hoy... no importa.

Sacude la cabeza; le duele, resulta casi pesada la carga. No siempre es aconsejable guardar tantos pensamientos para uno solo. O los compartes o los eliminas. Sin más. ¡Plof! Como si pulsaras un botón. ¿Fácil? ¿Quién ha dicho que lo sea? Ni siquiera puede que sea lo mejor, pero sí la solución que ella ha tomado. Al menos por esa noche.

Y se levanta con torpeza, puede reírse al imaginar la escena desde otra perspectiva. Se siente como si de golpe tuviera treinta años más encima. Las luces la aturden (más). Llega hasta la encimera y se apoya en ella con ayuda de las manos. Qué confusa está. No tarda en sentir unas manos alrededor de su cintura. Abandona la encimera, segura de que no perderá el equilibrio, al menos mientras él siga sujetándola. Y así, sin pedirlo, sucede. Un beso. Y se encuentra, por lo menos durante unas décimas de segundo, para luego volver a perderse.

Es lo que tiene depender de algo.

1 delirio(s):

Bibi dijo...

*.* Que bonitoo! Tengo mucho miedo a ese sentimiento y lo sabes, por eso soy como soy y hago lo que hago.

 

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