martes, julio 27, 2010

Distancia

Estoy acostumbrada a ella, probablemente es la cosa que siempre me ha impedido ser completamente feliz. La mitad de las personas que me importan están lejos de mí, bastante lejos. Algunas han estado siempre a kilómetros y kilómetros de distancia, otras se han marchado con el tiempo. El caso es que tengo que soportar día a día el saber que hoy no podré abrazarlas, ni mirarles a la cara. Me es imposible hacerlo y maldigo mi suerte por ello.

Hoy exactamente hablo de esas personas que no he visto nunca. Ésas que a pesar de que sólo las conoces de hablar y hablar a través de una pantalla, las adoras, las valoras, las quieres. Porque para saber cómo me siento hay que sufrirlo, experimentar esa sensación. Aunque sé que tarde o temprano conseguiré verlos, no puedo evitar pensar que (sin haberlos visto nunca) ya los echo de menos. Y el día en que pueda compartir un rato con ellos, decirles adiós será lo más difícil que haga nunca.

En septiembre hará tres años que conozco a algunas de esas personas, a quienes quiero con el alma. Porque me han apoyado y ayudado como nadie lo ha hecho; me han comprendido y me han dado razones por las que seguir adelante en los momentos más difíciles. Gracias chicos, de verdad.

Distancia, maldita distancia. Sin ella todo sería tremendamente fácil.
lunes, julio 19, 2010

El misterio de la casa de los Vilanova

Mi grupo de amigos lo componen gente muy rara y enferma (sí, como yo). Nos gusta ponernos al límite de la idiotez, sobrepasar la línea de la cordura cuantas veces haga falta. Así que lo que hemos hecho era cuestión de tiempo que terminara pasando.

Porque hemos hecho un corto.

No un corto de humor, ni de miedo, ni de romance, ni siquiera de intriga, no. Un corto para demostrar lo malos que somos grabando y editando. Un corto, también, donde dejar claro que no estamos bien de la cabeza y que podemos llegar a ser muy idiotas y muy frikis. Es decir, un corto que mola.
Nos hemos partido el culo tanto escribiendo el guión, grabándolo, editándolo y, finalmente, viéndolo todos juntos. El resultado ha sido tal y como esperábamos; un vídeo que tuviera todas las características que numeré antes. Probablemente éste sea mi último post ya que la policía debe estar en camino, pero iré a la cárcel con la conciencia tranquila de haberos dejado la prueba indiscutible de que no sé actuar.

Dicho esto, os dejo con el corto. Lo hemos titulado "El misterio de la casa de los Vilanova" (porque hay un misterio, en una casa y el apellido "Vilanova" era muy pijo. Todo encaja, ¿eh?) y nos va a matar a palos algún Vilanova cuando nos vea por la calle. Ahora preparaos las palomitas, sentaos en la silla/sofá delante de vuestro ordenador, dadle al play y disfrutad.

O no.






viernes, julio 09, 2010

El encuentro

Vive porque vive, no existen motivos que expliquen ese hecho (al menos no los conoce). No recuerda la forma mediante la que ha llegado a ese lugar. Permanece confusa y desorientada en un océano de encuentros. Hay más como ella, puede verlos, puede hablarles, sin embargo a muchos de ellos no puede comprenderlos, del mismo modo que ellos no la comprenden a ella. No le gustan. Ellos se buscan y terminan hallándose, formando miles de emociones y sentimientos distintos. Unos se encuentran para desprender una energía tan oscura, tan horrible que ella espera que no consigan localizarse. Cree saber que lo llaman «odio».

Pero otros, en cambio, se encuentran para crear algo totalmente opuesto, algo mucho más hermoso. Y es casi instantáneo. Una especie de conexión a partir de la cual ambos individuos comienzan a sentir cosas impresionantes hacia el otro. «Amor». Recuerda el nombre a pesar de que jamás lo experimentó. Aun así, no quiere sentirlo. Ni ese ni ninguno de los otros (porque hay más) de todos los sentimientos que se profesan esas almas. Porque ella busca otra cosa. Sigue perdida entre toda esa multitud, esquivando cualquier contacto por miedo a sentir algo no planificado, algo que la pueda lastimar.

Entonces, sucede. Una fuerza extraña la impulsa hacia un lado, cerca de donde se encuentra otro de esos individuos. Lo observa. Se sorprende al ver que él también intenta deshacerse de cualquiera que se le intente acercar. Está solo. No sabe por qué, pero se parece mucho a ella. Simplemente, lo sabe. Lo envuelve un halo de incomprensión, soledad y angustia. Idéntico al de ella. Decide aproximarse, pero no como lo hacen las otras almas, no. Se adelanta con ambas manos hacia él, como símbolo de ayuda, de apoyo, de comprensión. Él, duda, pero parece haber visto lo mismo que ella pues termina tomando sus manos. Las dos almas descubren en ese momento que juntas pueden experimentar un sentimiento aún mayor que todos los demás a su alrededor. Por encima del odio, del amor. Por encima de todo.

Sonríen al sentir esa felicidad que comienza a llenarles completamente. La emoción de sentirse comprendidos. Sienten que toda la energía negativa del uno se traspasa al otro, así como también la positiva. Juntos intentan hacer desaparecer la primera para que la segunda consiga envolverlos totalmente. Pronto las otras almas se maravillan contemplándolos. Comienzan a tener el deseo de encontrar a otro que pueda tener esa conexión con ellos. Lo buscan. Lo buscan desesperadamente, por todas partes. Algunos lo conseguirán, pero la gran mayoría se pasará toda la vida intentando encontrar a alguien que esté dispuesto a manifestar esa unión.

Porque encontrar una verdadera amistad no es fácil. Y no todos conocen el verdadero significado de esa palabra.
jueves, julio 01, 2010

Angustia


Angustia.
(Del lat. angustĭa, angostura, dificultad).

Aflicción, congoja, ansiedad.
Temor opresivo sin causa precisa. Aprieto, situación apurada. Sofoco, sensación de opresión en la región torácica o abdominal. Dolor o sufrimiento.

La vida, en realidad, se compone de sensaciones. Unas más agradables que otras, desde luego. Algunas lógicas, otras no tanto. Que dependen tanto de nosotros como de todo lo que nos rodea. No podemos controlarlas, no podemos evitarlas. Porque esas emociones forman tu día a día quieras o no.

De todas ellas, la angustia es la que más odio. Me oprime la garganta y no me deja respirar con normalidad. Me hace llorar, rabiar, incluso gritar. Se trata de la peor sensación que he sentido en mi vida.

Y hoy la siento.
 

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