martes, agosto 30, 2011

Volver atrás



¿Has sentido la agobiante necesidad de volver atrás? Para remediar algo, para tratar de corregir un grave error. O bien para revivir una sensación, un chute de adrenalina que te devuelve una pequeña parte de lo que fue. Probablemente echar la vista atrás sea un suicidio en muchos casos, mientras que en otros sólo resultará un gesto desesperado de un alma nostálgica.

No me atrevo a decir por qué volvería a mi pasado, y a qué época exactamente. Hay tantas cosas que ocurrieron, tantos sueños incumplidos, tantas sonrisas y tantas lágrimas, tantas despedidas amargas, tantas noches en vela. Tantos recuerdos. La vida son cambios, una constante secuencia de sucesos tan pausada que ni siquiera llegamos a ser conscientes de ellos. Pasan, ante nuestra atontada mirada, en silencio y, a menudo, sin que nadie lo impida.

Hoy es treinta de agosto de dos mil once y me siento incapaz de echar la vista atrás. Algo en mi cabeza me lo impide cada vez que trato de hacerlo, porque algo en mi interior está pidiendo a gritos no más pasado, no más vistas atrás.

¿Has sentido la agobiante necesidad de avanzar adelante? El presente me distrae mientras que el futuro se presenta ante mí tentador, casi peligrosamente atractivo. Quizá sea cosa del momento, pero hoy es lo que siento.

Y mañana, quién sabe.
viernes, agosto 05, 2011

In live (4/8/11)

No es la primera vez que hablo de ella aquí, y probablemente tampoco la última. Pero la ocasión lo merece. No había comentado nada porque no era seguro. Y ahora que ha pasado no puedo más que contaros la experiencia.

La espera fue agotadora. Casi una hora de cola. Gente, mucha gente. Impaciencia. Y algo de nervios, por supuesto. Al fin dentro. Comenzamos la noche con buen pie, con un grupo que no conocía y que me dejaron un buen sabor de boca: Dorian. Luego vinieron The Charlatans, menos movidito (al menos en cuanto a la gente se refiere), aunque lo cierto es que yo ya no estaba prestando demasiada atención al concierto, no hacía más que mirar el reloj y calcular cuánto tiempo quedaba. The Charlatans se despidieron sobre las 0:00. Quedaba media hora. Más nervios. Mucha más impaciencia.

Y finalmente, apareció.

Alrededor de las 0:30, el escenario DAS del Arenal Sound acogió a Lourdes Hernández, más conocida como Russian Red, con una energía impresionante. Lo mejor del concierto sin duda alguna fue la conexión entre el público y la cantante: la gente quiso pasárselo bien y lo hizo, de una forma tan intensa que la misma Russian Red reconoció que estaba siendo "el primer concierto con más gente y más ánimos" que ella y sus músicos habían hecho hasta el momento, lo que no es demasiado sorprendente pues, para empezar, no acostumbran a colaborar en festivales, mucho menos a altas horas de la noche. La experiencia pareció gustarle y no dudo en que repetirá en cuanto pueda.

El concierto comenzó con un par de canciones bastante russianeras, para todos aquellos que no la conocían y quisieran hacerse una idea de lo que la noche les aguardaba. Siempre había sabido que el directo de Russian Red impresiona, pero anoche lo corroboré. Mis expectativas en cuanto al concierto eran altas, lo cual era bastante malo. Ya sabéis, cuantas más expectativas tienes en algo, más fácil es que te decepcioné. Sin embargo, me bastaron ese par de canciones del comienzo para saber que aquello iba a ser legendario. Disfruté muchísimo, el repertorio de canciones fue muy bueno, aunque eché en falta muchas de su primer disco (todo no se puede tener). Temí por la ausencia de They Don't Believe, pero hacia la mitad del concierto comenzaron a sonar los primeros acordes y respiré aliviada. En comparación con los dos grupos anteriores que actuaron, el estilo folk de RR contrastaba bastante. Antes de comenzar pensé cómo se lo tomaría la gente. Y la gente contestó con la misma energía que con los anteriores, haciendo de The Sun, The Trees una de las canciones más aclamadas de toda la noche.

Parece una muñequita. Si no lo pensé diez veces durante el concierto, no lo pensé ninguna. Debo reconocer que anoche terminé de enamorarme de esta chica, es sencillamente maravillosa. Su directo es tan bueno como el CD y su puesta en escena inigualable: apareció con un vestido sencillo y desenfadado, demostrando que no hace falta salir a un escenario ligera de ropa para resultar espectacular; los músicos que la acompañaban, todos con traje y sin desentonar con la cantante; y sobre ellos, un cartel de neón rosa con las palabras Russian Red.

Y nos dijo adiós. Cerró su expectacular concierto con una de las canciones de su último disco Fuerteventura: January 14th. Cantó la última canción con las mismas ganas que la primera, todavía algo sorprendida por la cantidad de gente que había delante de ella coreando cada una de sus estrofas. You, you were really sweet that night... Se fue celebrando una noche inolvidable, cantándonos una de sus letras más románticas. Cantándole a aquellos tiempos en los que nos conocimos, cantándole al amor.

Cuatro de agosto de dos mil once. Un día para recordar. Al fin y al cabo, no todos los días una ve a su cantante favorita en directo. Sí, yo también creo que podemos declarar este verano como uno de los mejores hasta la fecha.
 

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