jueves, junio 24, 2010

Imaginación

Cualquiera que me conozca tan sólo un poquito es consciente de todo lo que me gusta leer, pero sobre todo escribir. Desde pequeña me he sentido atraída por el mundo de las letras; ése lleno de textos y palabras que emocionan, que te hacen sentir alegría o tristeza. Me fascina que algo pueda manipular tan fácilmente tus emociones. Escribía por y para mí, no fue hasta mucho después cuando mis amigos se interesaron por esos escritos y, sorprendentemente, les gustaron.

Mi forma de pensar siempre ha sido, en cierto modo, infantil: me gusta imaginar cosas que no existen, ver mis sueños e ilusiones proyectados en las pequeñas cosas que componen mis días, la magia de unos ojos mirando a otros... Sí, un modo de verlo todo demasiado soñador, iluso y, a menudo, cursi. Pero el mío al fin y al cabo.


Recuerdo que de pequeña disfrutaba (y disfruto) muchísimo cuando estoy sola (no es que no me guste estar acompañada, que sí, pero sin esos ratos a solas no me sentiría del todo feliz). Era en esos momentos cuando dejaba volar mi imaginación y comenzaba a idear una historia en mi mente, imaginando que de un momento a otro iban a llamar al timbre. Yo, con cuidado, abriría y descubriría a un grupo de niños de mi edad. Diana, Álex y Cristina. Ellos me mirarían sonrientes, con los ojos brillantes. Y yo sabría que venían a pedirme ayuda para encontrar el tesoro del príncipe William Weisch, quien tras el suicidio de su amada Lady Claire había guardado toda su fortuna en un lugar misterioso del que sólo teníamos unas pocas pistas.
A medida que fui creciendo, mis historias cambiaron y crecieron conmigo. Se hicieron felices en algunos momentos, tristes en otros. Aparecían más o menos sonrisas según mis logros o mis decepciones. Y así el grupo de niños dejó de buscar el tesoro de Weisch, ya que Diana se había enamorado perdidamente de Álex y, como no se atrevía a expresar sus sentimientos, sólo tenía ganas de llorar.

Una imaginación bien trabajada puede, en muchas ocasiones, transportarte a lugares en los que nunca estarás... No físicamente al menos. Pero de algo no cabe duda: la vida, con esos momentos en los que sueñas despierto, es más sobrellevadera.

1 delirio(s):

Unknown dijo...

De acuerdo, la vida e sun sueño dentro d eun sueño, y creeme que aveces los hechos son mas sueños que los propios sueños...

 

Blog Template by YummyLolly.com