Alza la cabeza y mira, pero no ve. Tampoco es que haya nada que ver, no obstante. Sus ojos no encuentran nada en lo que distraerse porque no hay absolutamente nada que los entretengan. Las risas extasiadas, los abrazos sin significado, las sonrisas artificiales y las miradas, que no ven... Nada que le interese.
No pertenece a ese lugar. Lo sabe desde hace tiempo, pero nunca ha querido creerlo del todo. Finge ser diferente como excusa para sus sensaciones y sus actos, pero realmente lo es. Porque no está actuando, sus palabras y sus gestos son verdaderos. Su presencia no es demandada, pero su ausencia genera huracanes. No comprende, no comprende nada en absoluto. ¿Es ése su lugar? Definitivamente no. ¿Lo habrá? Empieza a dudar de su existencia.
A veces olvida que todo gira, todo fluye, que las cosas desaparecen y muy pocas permanecen. Que si levanta huracanes en lugares indeseados, tarde o temprano éstos la llevarán a donde desee.
0 delirio(s):
Publicar un comentario