Quizá y sí es solo que tengo demasiadas cosas en la cabeza, pero quizá también resulta que es en estos momentos cuando mejor lo veo todo. Instantes caóticos generan perspectivas y visiones acertadas. El caso es que no puedo sacarme de la cabeza el hecho de que el amor mueve las cosas. Mueve el mundo, dicen algunos. De un modo positivo, de un modo negativo, ambos a la vez. Pero lo mueve, nos mueve. Nos llena de una brutal energía y nos corrompe a infinitos niveles. El amor nos transforma, saca partes de nosotros mismos que jamás hubiéramos imaginado que existían. O puede que, como dice Wallace en What If, tan solo sea una justificación; que el amor sea una invención del hombre para excusar el comportamiento más egoísta de todos, es decir, el humano. Puede que ni siquiera exista como tal. No lo sé. Hoy, para mí, tan solo es una palabra más. Un término con el que referirme a una gran cantidad de cosas: momentos, experiencias, sensaciones, canciones, personas. Pero hoy no puedo hablar del amor con todas sus letras, no me sale, no creo. Y podría escribir una preciosa entrada acerca de lo maravilloso que sería vivir una historia a lo Wallace y Chantry, pero como he dicho al principio, tengo demasiadas cosas en la cabeza, y no puedo dejar de pensar que, si el amor mueve las cosas, mi vida está comenzando a intoxicarse con él.
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lunes, enero 12, 2015
"Love is stupid monkeys dancing in a slapstick hurricane"
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sábado, mayo 21, 2011
El diario de Noah
No sabría expresar con palabras la cantidad de sensaciones que brotaron desde lo más profundo de mi alma al verte de nuevo. Trataba de disimular el incesante sudor que recorría mis manos, a la vez que intentaba regular mi respiración. Mis ojos repasaban las facciones de tu rostro, exactamente como cuando vuelves a encontrarte con algo que creías perdido. Estabas distinto y a al vez continuabas siendo el mismo. Podía ver a aquel joven que fue capaz de colgarse de lo alto de una noria tan sólo para conseguir una cita de la chica que le gustaba. Tu insistencia fue tal que terminé cediendo. Y con ello, enamorándome de ti. Pero de eso hacía mucho tiempo, ahora ya éramos adultos. Todo era diferente. Tú tenías tu vida, yo la mía. Incluso iba a casarme. No obstante, ahí estaba. Frente a ti, en aquella pequeña barca, navegando por el lago en el que tantas veces me había bañado. Contigo. La vida parecía haber hecho una pausa para devolvernos una pizca de la añorante felicidad. Podía sentir la paz que se respiraba en aquel lugar. Y era tanta que me moría de rabia al saber que pronto terminaría. Busqué un instante tu mirada. Tal fue mi sorpresa al descubrir que me observabas fijamente. Esbocé una sonrisa cordial mientras refrenaba las ganas de gritarte. Lo que fuera. Y en mi mente, unas palabras. Noah, deja que regrese. ¿Cómo iba a pedirte eso? ¿Con qué derecho? Abandonamos la barca, comenzó a llover. Instantes de tensión. No pude más. Exploté. Comenzamos a discutir, enfermos por la marea de sentimientos que nos consumía. Te odiaba cada vez más, y cuando pude darme cuenta ya nos estábamos besando. Y todo pareció mucho más claro. Me alegré de no haberte manifestado mi petición en alto, porque simple y sencillamente yo nunca me había marchado del todo.
Hará un par de meses me dio por ver alguna película de las que me gustan a mí, drama romántico del bueno. Pronto me recomendaron El diario de Noah y como había escuchado buenas críticas de ella no dudé un instante. Me preparé mi bol de palomitas, una buena lata de Coca-cola y me dispuse a disfrutar de las dos horas que dura la película.
Para situaros un poco y que sepáis qué clase de historia os vais a encontrar si la veis, os comento a grandes rasgos la trama: un pueblo, un chico, una chica. Dos mundos totalmente distintos e incompatibles. Y un mismo sentimiento intenso, fuerte, irreprimible, insaciable, que los une. Noah y Allie, perdidamente enamorados el uno del otro, se ven rodeados de una serie de obstáculos que tratarán de acabar con su relación. La cuestión es si están dispuestos a hacerles frente para continuar juntos o si se darán por vencidos antes de presentar batalla.
Tenía buenas expectativas de ella, lo cual en la mayoría de ocasiones es malísimo para una película (ya que espero más de lo que va a darme). Pero ésta fue una de esas veces en que las expectativas estaban por debajo de lo que resultó ser finalmente. Personalmente, creo que es una de las mejores películas (dentro de su estilo) que han hecho y harán. La trama no tiene demasiadas sorpresas, es más, en la mayoría de ocasiones sabes perfectamente lo que ocurrirá a continuación, por lo que la intriga no abunda demasiado. Pero por otra parte, es una trama tan profunda, tan cercana y tan llena de pasión que te olvidas enseguida de lo predecible que es. El guión y los diálogos son maravillosos, dignos de una novela de Nicholas Sparks. Destacar, también, la interpretación de Rachel McAdams, actriz que me ha conquistado totalmente con esta película.
Me temo que no me queda gran cosa por decir, simplemente que si alguien se anima a verla me encantaría conocer su opinión. El fragmento que podéis encontrar al principio de la entrada no pertenece a la película ni nada, ya sabéis cómo soy y no puedo evitar ponerme en la piel de los personajes. El de la protagonista en especial (Allie) me encanta, y me apetecía rolear un poco como ella. Pero sí corresponde a un trozo de la película, lo reconoceréis al instante si la habéis visto. Y si no... ¿a qué esperas para hacerlo?
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sábado, abril 24, 2010
Los edukadores
Mi profesor de Ética nos trae cosas muy interesantes: algún tema para debatir, extractos de libros que él mismo ha leído, películas, etc. Lo digo porque de vez en cuando traeré alguna cosilla de sus clases. Eso sí, siempre le haré mención. Y también, sé lo que estás pensando, lo estoy dejando como un genio para que me suba la nota, y te equivocas. Se lo tiene merecido. Más después de habernos traído esta película a clase.
Die fetten Jahre sind vorbei ("Los años de abundancia han pasado"), así se titula originalmente. En España se tradujo como Los edukadores. Abarca varios temas que, en lo personal, me interesan mucho. No me gusta hablar de la trama de las películas, te destruye el film antes de haberlo visto. Sin embargo, quiero destacar el triángulo amoroso que se produce entre los personajes principales (curioso, muy curioso de seguir) y la historia de la chica protagonista y el accidente de coche (que es de lo que yo venía a hablar). Desde luego no es la trama principal, pero sí tiene mucha relación con ella.
Jule es una chica como otra cualquiera, joven y guapa, implicada, que se gana la vida como camarera de un local. ¿Todo, para qué? No recuerdo cuánto pero la mayor parte de su sueldo va a parar a manos de un millonario al que le había destrozado el coche en un accidente. Un coche que él podría comprarse diez veces y ni siquiera le dolería perder la cantidad de dinero necesaria. En cambio Jule debe pasarse los siguientes diez años de vida pagándole el maldito automóvil. Esto lo decidió un juez. ¿Justicia, dónde? Sí, ella lo destrozó, ella debe pagarlo. Pero a qué precio, cuando al millonario le importa tres pimientos el valor de su coche.
El personaje de esta chica en cuestión me fascina. Al principio de la película se la ve protestando por no sé qué (sí, viva mi memoria), pero luego es ella misma la que se conforma con lo que tiene, la que no aspira a más que un trabajo de camarera y a seguir pagando religiosamente cada mes al millonario. Se preocupa por los demás, pero, ¿qué hay de ella? Una frase muy Amélie. Una frase, debo admitir, muy mía. A veces se prefiere vivir para los demás que para uno mismo. Luchar por la felicidad de otros al precio que sea. Y por los motivos que sean.
Al fin y al cabo, jedes herz ist eine revolutionäre zelle.
Die fetten Jahre sind vorbei ("Los años de abundancia han pasado"), así se titula originalmente. En España se tradujo como Los edukadores. Abarca varios temas que, en lo personal, me interesan mucho. No me gusta hablar de la trama de las películas, te destruye el film antes de haberlo visto. Sin embargo, quiero destacar el triángulo amoroso que se produce entre los personajes principales (curioso, muy curioso de seguir) y la historia de la chica protagonista y el accidente de coche (que es de lo que yo venía a hablar). Desde luego no es la trama principal, pero sí tiene mucha relación con ella.
Jule es una chica como otra cualquiera, joven y guapa, implicada, que se gana la vida como camarera de un local. ¿Todo, para qué? No recuerdo cuánto pero la mayor parte de su sueldo va a parar a manos de un millonario al que le había destrozado el coche en un accidente. Un coche que él podría comprarse diez veces y ni siquiera le dolería perder la cantidad de dinero necesaria. En cambio Jule debe pasarse los siguientes diez años de vida pagándole el maldito automóvil. Esto lo decidió un juez. ¿Justicia, dónde? Sí, ella lo destrozó, ella debe pagarlo. Pero a qué precio, cuando al millonario le importa tres pimientos el valor de su coche.
El personaje de esta chica en cuestión me fascina. Al principio de la película se la ve protestando por no sé qué (sí, viva mi memoria), pero luego es ella misma la que se conforma con lo que tiene, la que no aspira a más que un trabajo de camarera y a seguir pagando religiosamente cada mes al millonario. Se preocupa por los demás, pero, ¿qué hay de ella? Una frase muy Amélie. Una frase, debo admitir, muy mía. A veces se prefiere vivir para los demás que para uno mismo. Luchar por la felicidad de otros al precio que sea. Y por los motivos que sean.
Al fin y al cabo, jedes herz ist eine revolutionäre zelle.
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Cine

domingo, abril 18, 2010
Sweeney Todd
No, no vengo a hacer una crítica de la película. Básicamente porque no soy nada objetiva. Así que paso de hacer una crítica y me centro en los "por qué me ha gustado". A mí. Sobre todo, por qué es una de mis películas favoritas, entre muchas otras más. De hecho es de las pocas películas que he comprado en DVD (sí, utilizo descargas ilegales, por si la Sinde quiere hacerme una visita y tal).
Para empezar, el director y el reparto son sencillamente maravillosos. Tim Burton, con su característica locura, convierte cualquiera de sus películas en malditas obras de arte. ¿Qué puede salir de una mente como la suya si, además, sumas nombres como Johnny Depp, Helena Bonham Carter o Alan Rickman a la película? Simplemente lo más parecido al éxtasis que yo haya probado (y pruebe) en toda mi vida.
¿Qué podemos decir del lugar donde sucede la historia? Londres. Una mala época. Un toque oscuro (los colores predominantes durante todo el film son el negro y el blanco), como sólo Burton sabe crear, hacen de la película una obra más tétrica. A decir verdad, el contraste de colores durante las casi dos horas que dura es muy curioso (sobre todo la escena de la "ilusión" de la señora Lovett). El vestuario es fantástico, me encantan los vestidos que llevan. Felicidades a los encargados de él desde aquí.
Y los personajes. ¡Ay, los personajes! Con un reparto tan maravilloso, Sweeney Todd sólo puede tener personajes curiosos e interesantes. Para empezar el protagonista, Sweeney Todd o Benjamin Barker, interpretado por Depp. No sé cuál de los dos está más loco, si el personaje ficticio o el propio actor. El caso es que la interpretación es perfecta: sólo Depp podría actuar haciendo este papel, poniendo las expresiones que solo él sabe formar. Es, simplemente, impresionante.
Por no hablar de mi querida señora Lovett, con Helena B. Carter en el rol. Su historia es trágica (no tanto como la de Barker, pero trágica al fin y al cabo) y el ambiente en el que vive la hace parecer una loca rematada. ¡Y me encanta! Tanto su forma de vida, su actitud frente a las cosas que van sucediendo y, en especial, su obsesionamiento con Sweeney Todd que la hace delirar. Mientras él sólo piensa en su venganza, ella crea una ilusión en la que ambos viven un cercano romance.
De los demás personajes poco puedo destacar, aunque uno de mis favoritos es Anthony Hope (caracterizado por mi fantástico e impresionante Jamie Campbell). Todos ellos hacen gala de unas voces maravillosas demostrando que, a parte de buenos actores, también son buenos cantantes. Me sorprendió mucho Johnny Depp, nunca hubiera pensado que cantaba tan bien. Porque sí, todos los actores utilizan sus propias voces. Así lo quiso Burton y yo aplaudo la decisión.
Conclusión: una película 100% recomendada. Buen guión, buen reparto y buenos escenarios. Como nota personal os cuento que a mi madre (a quien no le gustan las películas/musical) le encantó. Esa es otra, porque si la veis tenéis que verla con subtitulos en las canciones, porque en ellas continua la historia y a veces te explica mejor cómo se sienten los personajes. En fin, después de haber leído todo esto creo que he dejado claro mi amor por las películas de Tim Burton en general y los ojos de Jamie Campbell en particular.
¿Qué tiene Sweeney Todd que todos quieren un afeitado con él...?
¿Qué podemos decir del lugar donde sucede la historia? Londres. Una mala época. Un toque oscuro (los colores predominantes durante todo el film son el negro y el blanco), como sólo Burton sabe crear, hacen de la película una obra más tétrica. A decir verdad, el contraste de colores durante las casi dos horas que dura es muy curioso (sobre todo la escena de la "ilusión" de la señora Lovett). El vestuario es fantástico, me encantan los vestidos que llevan. Felicidades a los encargados de él desde aquí.
Por no hablar de mi querida señora Lovett, con Helena B. Carter en el rol. Su historia es trágica (no tanto como la de Barker, pero trágica al fin y al cabo) y el ambiente en el que vive la hace parecer una loca rematada. ¡Y me encanta! Tanto su forma de vida, su actitud frente a las cosas que van sucediendo y, en especial, su obsesionamiento con Sweeney Todd que la hace delirar. Mientras él sólo piensa en su venganza, ella crea una ilusión en la que ambos viven un cercano romance.
Conclusión: una película 100% recomendada. Buen guión, buen reparto y buenos escenarios. Como nota personal os cuento que a mi madre (a quien no le gustan las películas/musical) le encantó. Esa es otra, porque si la veis tenéis que verla con subtitulos en las canciones, porque en ellas continua la historia y a veces te explica mejor cómo se sienten los personajes. En fin, después de haber leído todo esto creo que he dejado claro mi amor por las películas de Tim Burton en general y los ojos de Jamie Campbell en particular.
¿Qué tiene Sweeney Todd que todos quieren un afeitado con él...?
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Cine

lunes, marzo 29, 2010
Amélie
Le fabuleux destin d'Amélie Poulain, su simple nombre ya me despierta curiosidad. Más conocida como Amélie, esta película me enamoró desde el primer momento.
Unos más, otros menos, pero todos nos llegaremos a sentir identificados con alguno de sus personajes. Personalmente lo hago con la protagonista, Amélie Poulain. Su forma tan alternativa de ver el mundo, la felicidad en las pequeñas cosas o el no atreverse a mostrar sus verdaderos sentimientos. Por miedo al dolor, por vergüenza. Por cobardía al fin y al cabo.
Audrey Tautou protagoniza esta obra de arte y debo admitir que la admiro por ello. Amélie es un personaje difícil de interpretar bajo mi punto de vista y su impresionante interpretación hacen que el personaje sea todavía más adorable. Recuerdo que hará unos meses (varios, de hecho) anunciaron que Tautou interptearía a Coco Chanel en una adaptación al cine de su vida y me dieron unas ganas locas de verla únicamente porque ella sería la actriz protagonista. He de decir que al final no la he visto, aunque nunca es tarde, así que capaz un día de estos me animo y la veo.
¿Y qué hay de la banda sonora? Esa pegadiza melodía que aunque la película haya terminado sigue dando vueltas en tu cabeza, que te produce una mezcla de sentimientos extrañísima y te hace quedar un buen rato reflexionando sobre tantas cosas que no te habías dado cuenta. O simplemente no querías hacerlo.
La he visto tantas veces...y en todas descubro algo nuevo. No hablo de los pequeños detalles de rodaje, ni siquiera de un diálogo mal entendido. Hablo de mí, de mis emociones y mis ilusiones. No sé si es que esta película está expresamente ideada para producirme estos curiosos efectos o que, simplemente, soy así de rara. Lo único que sé es que Amélie jamás dejará de sorprenderme.
Audrey Tautou protagoniza esta obra de arte y debo admitir que la admiro por ello. Amélie es un personaje difícil de interpretar bajo mi punto de vista y su impresionante interpretación hacen que el personaje sea todavía más adorable. Recuerdo que hará unos meses (varios, de hecho) anunciaron que Tautou interptearía a Coco Chanel en una adaptación al cine de su vida y me dieron unas ganas locas de verla únicamente porque ella sería la actriz protagonista. He de decir que al final no la he visto, aunque nunca es tarde, así que capaz un día de estos me animo y la veo.
¿Y qué hay de la banda sonora? Esa pegadiza melodía que aunque la película haya terminado sigue dando vueltas en tu cabeza, que te produce una mezcla de sentimientos extrañísima y te hace quedar un buen rato reflexionando sobre tantas cosas que no te habías dado cuenta. O simplemente no querías hacerlo.
La he visto tantas veces...y en todas descubro algo nuevo. No hablo de los pequeños detalles de rodaje, ni siquiera de un diálogo mal entendido. Hablo de mí, de mis emociones y mis ilusiones. No sé si es que esta película está expresamente ideada para producirme estos curiosos efectos o que, simplemente, soy así de rara. Lo único que sé es que Amélie jamás dejará de sorprenderme.
Cualquier otra chica habría llamado enseguida, habría citado al chico en una terraza para devolverle el álbum y así sabría si valía la pena seguir soñando o no. Eso se llama enfrentarse a la realidad. Pero eso...no es lo que Amélie quiere.
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